“...Yo antes presentía que algo me iba a pasar. No podía dormir. Me agarraba calor, frío; tenía una estampita de San Jorge y le recé. Era sábado y él volvió a las 4 de la mañana. Los chicos estaban durmiendo. Brian, que tenía dos años y tres meses, en mi pieza conmigo. Golpeó la puerta. Me acerqué, dije quien es y dijo soy yo, abrime o rompo la puerta a patadas. Espié por un agujerito y vi que venía con un escopetazo en la mano y traía una bici. Le abrí y se fue para el fondo. Yo le dije: acá esta la cena que te dejé anoche, ¿no querés comer? No, me dijo. Tiró seis tiros allá en el fonfo. Despertó a los chicos. Entró a mi pieza y atrás entró corriendo mi perrito y le tiró un tiro. Ahí, en mi pieza. La Virgen me dio fuerza para no ponerme mal. Me dijo: vos te vas con tu macho o te mato. ¿De qué me hablás?, le dije. Y ahí me apuntó en mi pecho. Agarré la punta de la escopeta y la corrí a un costado y tiró un tiro al techo. ¿Qué me ...
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