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Mostrando las entradas de septiembre, 2018

Denunciar al padre, por Lorena

Cuando mi padre volvía borracho a la madrugada, nos echaba a mi madre y a mí a la calle y teníamos que refugiarnos en la casa de algún familiar. Lo recuerdo todo como si lo estuviera viviendo hoy: el miedo, nosotras escapando. Siempre era así, hasta que un día él iba a buscarnos, mi madre lo perdonaba y volvíamos los tres a la casa. Mi padre decía que se había casado con mi madre porque ella había quedado embarazada y se quejaba porque decía que tenía que trabajar para mantenernos a las dos. Que sin él, nosotras no éramos nada, nos decía, que no valíamos nada. Le decía a mi madre que era gorda, que nadie la iba a querer, que no tenía donde caerse muerta y la dejaba encerrada, mientras él se iba a gastar el sueldo en alcohol y prostitutas. Mi madre tuvo que empezar a limpiar casas para que pudiéramos comer. Cuando discutían, mi padre siempre estrellaba platos contra las paredes. Yo me iba a mi habitación, me tapaba los oídos y me preguntaba por qué mi mamá no reaccionaba, por qué